Todavía hoy en día existe cierto nivel de desconocimiento entorno a la pediculosis. Un problema que se da con bastante frecuencia y que causa episodios de vergüenza en no pocas familias. Por eso, hoy nos vamos a esforzar en ir desmontando mitos sobre los piojos. En esta ocasión, nos vamos a centrar en uno de los principales: el pelo sucio.
Hace años, la vergüenza por padecer piojos se debía a que se asociaban con suciedad y falta de higiene. Una circunstancia que provocaba que muchos padres ocultasen el problema a amigos o compañeros. Hoy en día, ya se sabe que no tiene absolutamente nada que ver con llevar el pelo sucio o el pelo limpio. Tampoco es un problema de clases bajas o altas, ni de niños o niñas, ya que no existe distinción alguna en estos sentidos.
Las estadísticas dicen que alrededor del 15% de los escolares entre 3 y 12 años padecerán pediculosis cada año. Esto se debe, entre otras cosas, a la falta de prevención, al hacinamiento en clase y a los juegos que los pequeños realizan diariamente.
Como puedes ver, ninguna de las principales causas tiene que ver con llevar el pelo sucio. Es hora de que vayamos ya desmontando mitos sobre los piojos que nada tienen que ver con la realidad.
Es por ello que desde Adiós Piojos queremos dejar totalmente claro que el contagio de pediculosis nada tiene que ver con la suciedad del pelo. De hecho, si tuviéramos que decantarnos por una opción, podríamos afirmar que estos parásitos prefieren el pelo limpio, ya que les permite colocar las liendres con mayor facilidad.
Esta falsa creencia de que el pelo sucio atrae a los insectos o que la pediculosis tiene algo que ver con el nivel socioeconómico de la familia son simples cuentos chinos a los que no debemos prestar atención. Los piojos se contagian por el contacto de cabeza con cabeza, por juegos o por compartir ciertos accesorios, como peines, toallas o gorras. Así de sencillo.
Además, también nos gustaría seguir desmontando mitos sobre los piojos en lo que se refiere a los tratamientos. Ten cuidado con los productos milagrosos, el vinagre o champús con productos químicos, ya que pueden causar más problemas que solucionarlos. Lo mejor es que te pongas en manos de verdaderos profesionales que sean capaces de asesorarte de forma adecuada.