No son nada bonitos ni tampoco nos debe gustar tenerlos. Padecer una pediculosis es una incomodidad, pero hemos de empezar a perderle el miedo a los piojos. En el siguiente post, vamos a tratar de ofrecerte una información objetiva para que te des cuenta que, aunque no deseable, no se trata del fin del mundo. ¡Si estáis preparados, comenzamos ya!
Un artículo anterior en este mismo blog, ya nos dedicamos a desmontar los principales mitos sobre los piojos. En especial, ese que afirma que sienten predilección por el pelo sucio y que este hecho es una de las principales causas de su aparición. No es así. Si todavía tienes dudas, te invitamos a echarle un vistazo a ese texto. Realmente, esperamos que os sea de gran utilidad.
El primer dato que os vamos a explicar para ayudaros a perder el miedo a los piojos es dejar claro que estos parásitos no transmiten enfermedades. Por desgracia, no se puede decir lo mismo de otros “visitantes” que podemos tener en el hogar, como los ácaros o el anisakis. Por tanto, si localizamos piojos en la cabeza de nuestro hijo o hija, debemos actuar, pero no preocuparnos en extremo.
Lo que queremos dejar claro es que un piojo en la cabeza, más allá de su capacidad reproductiva, es inofensivo. Obviamente, con esto no queremos decir que te olvides de todo y que no le des la importancia que tiene. Nos ocuparemos de ellos sin caer en el tremendismo.
En Adiós Piojos estamos acostumbrados a lidiar con la pediculosis. Por lo tanto, nos ponemos a tu entera disposición para ayudarte en lo que desees, ofreciéndote asesoramiento y un método de eficacia probada. ¿Qué más se puede pedir?
¿Sabéis qué es lo mejor para perder el miedo a los piojos? La tranquilidad. Mucha tranquilidad. Si los padres no pierden los nervios y reaccionan de manera calmada, con información y sin ponerse frenéticos, los niños crecerán y aprenderán a no ser presa del pánico. Por desgracia, una infestación de piojos es algo bastante común, sobre todo a edades tempranas. Ni tiene nada que ver con la falta de higiene ni con la condición social.
De hecho, podríamos pensar en positivo y darle la vuelta a este mito. Quizá también nos ayude a perder el miedo a los piojos. Si nuestro hijo tiene piojos es porque tiene amigos. Además, del mismo modo que aparecen, se pueden quitar. No es un inconveniente que dure toda la vida ni que tenga que repetirse cada poco tiempo.