Pues el verano parece que comienza a llegar a su fin y, con él, el regreso al cole ya está a la vuelta de la esquina. Llega época de muchas preocupaciones: libros, ropa o uniformes, material escolar, nuevos horarios… Sin embargo, junto a todas ellas, a los padres les suele aparecer otra inquietud: los piojos.
No hay que pasar por alto que los piojos y las liendres están considerados como uno de los principales problemas que pueden afectar a la cabeza de los más pequeños. Es por ello que las escuelas o los colegios están considerados como puntos críticos para su contagio. ¿Podemos minimizar los riesgos? La respuesta es sí.
Lo primero que necesitaremos para evitar un brote de este tipo es la colaboración e implicación de padres, alumnos y profesores. Unas simples medidas serán suficientes para prevenir el contagio de piojos. ¡Presta atención!
- La información es poder
Es sumamente importante que tanto padres como profesores acerquen a los más pequeños la máxima cantidad de información posible sobre cómo se contagian los piojos, cuáles son sus síntomas y qué deben hacer si encuentran algún piojo en su cabeza o en la de un compañero.
- Comunicación
Resulta fundamental que en el momento en el que se detecte algún caso, se comunique a la dirección del colegio o a los padres del pequeño afectado. De esta manera, se podrán poner en funcionamiento las medidas pertinentes para evitar que el problema se propague por toda el aula.
- Cuidado con la ropa
Es importante tener muy en cuenta que los piojos o las liendres no saltan ni vuelan, pero sí que caminan muy rápido de un lado al otro. Habrá que tener mucha precaución con gorros, gorras, cintas del pelo, sombreros o bufandas, por ejemplo. Hay que evitar que entren en contacto unas con otras, así como tampoco es conveniente que los niños y niñas compartan estas prendas. Algo parecido ocurre con los peinas, cepillos u horquillas.
- Vigilar la higiene
Esta medida es aplicable tanto en el hogar como en el colegio, gimnasio, piscina o cualquier otra instalación con la que cuente el centro. No hay que olvidar que los piojos pueden sobrevivir hasta 48 horas fuera del cuerpo humano, incluso en el agua. Además, en la hipotética situación que hubiera casos de piojos, es fundamental evitar el contacto cabeza con cabeza y proponer que los niños lleven el pelo lo más corto posible y las niñas, recogido.
- Evita prejuicios
En último lugar, es necesario desmitificar la creencia que los piojos están relacionados con falta de higiene en los más pequeños. Estos insectos no distinguen entre color de piel, higiene o clase social. De hecho, únicamente necesitan calor humano y sangre para sobrevivir.