En Adiós Piojos contamos con una amplia trayectoria en este campo. Son más de seis años los que llevamos ofreciendo soluciones y asesoramiento a todas las personas que han acudido a nosotros. Por eso, nos gustaría aprovechar estas líneas de nuestro blog para contaros cómo nos contagiamos de piojos.
No os podéis imaginar la cantidad de historias y elucubraciones que hemos escuchado en nuestra consulta a lo largo de todo este tiempo. ¡Hay de todos los tipos y colores! Tras todo este tiempo, nos gustaría aclarar ciertas cosas. Creemos (o estamos seguros) de que os va a servir de ayuda. ¡Comenzamos!
¿Sabías que hay gente que cree que los piojos son tirados desde aviones y helicópteros en los patios de los colegios? Es una de las historias más alucinantes que nos hemos encontrado en toda nuestra experiencia. De ninguna manera se van repartiendo los piojos en las cabezas de nuestros pequeños. Sería imposible que los piojos sobrevivieran a todo eso y, además, ¡resultaría realmente caro!
Algo parecido ocurre con “la piojera”. ¿Has oído hablar de ella? Es otro de los mitos que nos hemos encontrado en todo este tiempo, sobre todo contado por los y las abuelas. Me cuentan que se trata de un pequeño compartimento detrás de las orejas que cuando se abre… ¡Salen los piojos a nuestras cabezas! Es gracioso, pero vamos a dejarlo claro: La piojera no existe.
Del mismo modo, a la pregunta de cómo nos contagiamos de piojos, tienes que saber que los animales no nos contagian a los humanos. No hay transmisión alguna. Nuestros piojos, los que afectan a nuestras cabezas, son exclusivamente nuestros y bajo ningún concepto provienen de nuestras mascotas, ni nosotros se los podemos contagiar a ellos.
En último lugar, los piojos no vuelan ni saltan. ¡Sí! ¡Así es! A pesar que lo hemos escuchado muchas veces, esto no es posible.
El contagio es por contacto de cabeza con cabeza o por compartir enseres que puedan llevar algún pelo y en el pelo algún piojo, como gorros, gomas de pelo, peines, cepillos… ¡Así de fácil!