Aunque pueda parecer increíble, todavía hoy existe un gran estigma que pesa sobre los piojos. Pese a todos los avances y a toda la información de la que disponemos, son muchos los padres y los niños que se sienten avergonzados por padecer este inconveniente en algún momento de sus vidas. Se trata de algo que hay que desterrar de nuestras casas y de nuestros colegios.
En nuestra experiencia como centro especializado en pediculosis, hemos comprobado como una buena cantidad de progenitores nos piden ayuda para eliminar este problema. Es nuestra misión y estamos encantados de llevarlo a cabo. Sin embargo, estos padres “sufren” miedo a que amigos, vecinos o compañeros de clase de sus hijos se enteren. Nos piden no coincidir con nadie conocido en nuestra consulta, llegando incluso a no comunicar el inconveniente en sus escuelas por miedo a que sus hijos sean estigmatizados.
Del mismo modo, incluso algunos centros escolares rechazan propuestas para dar charlas de prevención e información para hablar de piojos. Es importante dejar claro que cuanta más información tengamos, más fácil y sencillo será localizar estos problemas y ponerles remedio.
Debemos desterrar el estigma sobre los piojos
Gracias a nuestra trayectoria en este campo, podemos afirmar que el piojo es uno de los seres vivos más “democrático”. ¿Qué quiere decir esto? Básicamente que no entiende de clases sociales, de color de piel ni de cabello. Incluso, pese a la creencia popular, tampoco distingue entre pelo sucio o limpio. De hecho, si tuviéramos que elegir, afirmarías que tienen mayor preferencia por las cabelleras limpias, ya que les permite mayor facilidad para enraizar sus huevos.
Por todo ello, desde Adiós Piojos no cejaremos en nuestro empeño de llevar a cabo una completa labor de concienciación, casi tan importante como la propia prevención o los tratamientos de eliminación de la pediculosis.
Con mayor y mejor información, ningún niño se sentirá señalado por padecer de este problema. Además, ningún padre sentirá angustia por sus pequeños. Aunque no sea cómodo, ninguno estamos libres de padecer una infestación de este tipo en algún momento. Lo que debe preocuparnos es actuar y responder con responsabilidad y tranquilidad.
Es por ello que parte importante de nuestro trabajo es también calmar a los progenitores, que en ocasiones se asustan demasiado y les afecta que el inconveniente sea conocido. Ahí reside el estigma que pesa sobre los piojos y que es preciso desterrar.