Si eres un asiduo a este blog, ya sabes que hay muchos mitos y falsas verdades alrededor de este tema. En ocasiones por falta de conocimiento y, en otras, por creencias antiguas y desfasadas, pero lo cierto es que ahí están. Por eso, como especialistas en quitar piojos, vamos a aprovechar este post para tratar de explicarte dónde están y dónde no están estos parásitos.
Seguramente hayas escuchado alguna vez o te hayan dicho que los piojos se encuentran dentro de las piscinas y por eso es tan fácil contagiarse bañándose en ellas. Pues esto es totalmente falso y erróneo. Así que lo mejor que podemos hacer es borrar esa idea de nuestra mente.
Los piojos no están tampoco en la arena de la playa, ni en los perros o gatos, ni en nuestra almohada, en las cuadras con animales ni, por supuesto, en las colchonetas de gimnasia, de judo, de yoga o de Pilates. En nuestra amplia experiencia en una tarea tan delicada como quitar piojos, tampoco se puede afirmar que la pediculosis se contagie montando en autobuses o aviones ni paseando por la naturaleza o yendo de acampada con amigos.
Entonces, ¿dónde están realmente los piojos?
¿Principalmente? En el pelo y en las cabezas de toda clase de personas, ya sean adultos o niños. El asunto es que al realizar distintas actividades anteriormente mencionadas, como ir a la piscina, es muy factible llegar a juntar cabeza con cabeza o compartir gorros o gorras, facilitando enormemente el contagio. No podemos olvidar ni por un instante la facilidad con la que estos parásitos son capaces de moverse y trasladarse.
Además, existe una serie de situaciones o de objetos que son más propensos a facilitar el contagio. Cepillos o cualquier otro enser de pelo, gorros y gorras, prendedores y gomas… No es la primera vez que algún piojo agarrado a ellos ha terminado en la cabeza de otro huésped.
Además, también hay que extremar la vigilancia en ciertas situaciones, como abrazos, bailes, juegos en el parque, en el campamento, en la piscina, la práctica de deportes o el simple hecho de sacarnos un selfie. Todas ellas pueden suponer una situación de riesgo para la salud de nuestra cabeza. ¡Así que presta atención!