Se acerca el final de curso y el verano comienza a asomar a la vuelta de la esquina. Momento de relajarse, divertirse y disfrutar del tiempo libre, tanto para pequeños como para mayores. También momento para no relajarse en el cuidado y prevención de la pediculosis. ¿Por qué? Porque las situaciones de riesgos siguen “amenazando” a nuestros hijos. ¿Sabías que los piojos y los campamentos guardan una estrecha relación? No te pierdas este nuevo post de nuestro blog.
En no pocas ocasiones, los padres creen que el colegio es el principal foco de contagio. Sin embargo, estamos ante un problema que está latente durante todo el año. El verano no iba a ser menos. Por eso, hemos de ser muy precavidos en estas fechas en las que los niños juegan entre ellos en la playa, piscina y, sobre todo, en los campamentos.
No es descabellado afirmar que el verano es una estación ideal para que nuestros pequeños caigan en las garras de la pediculosis. Piojos y campamentos han sido dos elementos que por muchas circunstancias siempre han congeniado bien. No debe pillarnos por sorpresa. Al revés, debemos estar preparados para poder prevenir situaciones de riesgo.
Es cierto que los campamentos infantiles son una de las mejores alternativas de ocio para nuestros hijos cuando llega el verano. No en vano, se disfruta de una mezcla de aprendizaje, diversión y aire libre. Todo ello alejado de la rutina escolar del resto del año. Pero también tienen un componente de riesgo.
Los piojos en los campamentos infantiles
Como ya sabrás por anteriores posts de nuestro blog, estos parásitos “atacan” las cabezas de cualquier persona. ¡Ninguno estamos a salvo! De hecho, hay que desterrar la “vergüenza” que muchos padres pasan porque sus pequeños sufran este inconveniente. Contagiarse de piojos es casi inevitable si no se invierte en prevención y educación.
Gracias a nuestra experiencia, podemos contarte que el contagio de pediculosis es relativamente fácil en los campamentos infantiles, donde niños y niñas duermen juntos, comparten toallas y gorros en playas y piscinas y donde se encuentran en contacto permanente mediante juegos y actividades. De hecho, el calor de esta época del año puede ayudar a que las liendres se desarrollen con más comodidad.
Por todo esto, es muy importante ser precavido y guardar ciertas precauciones para evitar que un posible caso aislado se termine propagando por todo el campamento. En caso de descubrirse piojos en un niño, será momento de actuar con cuidado, pero sin demora alguna.