¡Ya estamos en medio del verano! Parece una época de disfrutar y relajarse, ¿verdad? Sin embargo, y aunque cueste créelo, existe una estrecha relación entre piojos y piscinas, pudiendo darse situaciones peligrosas de contagio. ¡No podemos bajar la guardia en ningún momento para evitar problemas!
Como puedes imaginar, la gran mayoría de las personas no tiene piscina en casa, así que, para combatir los rigores del verano, se suele acudir a piscinas públicas, municipales o comunitarias, compartiendo espacio con un gran número de familias y amigos.
Pero, junto con estos necesarios baños, también llega un peligro que hay que vigilar: El riesgo de contagio de piojos en una piscina. De hecho, son bastantes las personas que desconocen este peligro, ya que se suele creer que, con el agua y el cloro, este problema está controlado. Sin embargo, no podemos olvidarnos en ningún momento que estamos ante organismos increíblemente resistentes y con una facilidad para propagarse pasmosa.
Al igual que durante el curso en los colegios, la “sociabilidad” de los niños es un riesgo de contagio también en las piscinas. Los juegos, saltos, intercambio de gafas, tumbarse en las mismas toallas… Son todo potenciales situaciones favorables para los piojos. Recuerda que no vuelan, por lo que la única forma para pasar de una cabeza a otra es a través del contacto directo.
Como ya te hemos comentado en anteriores posts de nuestro blog, la prevención es fundamental y, por supuesto, en el tema de piojos y piscinas no iba a ser menos.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Desde Adiós Piojos queremos dejar claro lo primero: No te amargues ni las vacaciones, ni el verano. Pero tampoco te descuides demasiado. ¿Por qué no te compras una buena liendrera y revisas la cabeza de tus hijos para evitar un posible contagio? Peinarlos de esta manera es la mejor manera de prevenir cualquier tipo de contagio que, en el futuro, serían muy difíciles de erradicar.
Solo con este pequeño gesto llevado a cabo de forma frecuente, incluso después de acudir a una piscina, estaremos totalmente seguros de que la cabeza de nuestros pequeños está totalmente a salvo de estos parásitos, pudiendo disfrutar del resto de las vacaciones sin miedo, ni inconveniente alguno.
En último lugar, si te dieras cuenta que durante el verano tus hijos han comenzado a padecer problemas de pediculosis, no esperes ni un solo instante y acude cuanto antes a un especialista. Nosotros estaremos encantados de ayudarte a que tu verano sea feliz y divertido, como debería ser.